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     Soy Israel Elgueta. Nací en Neuquén y desde siempre tuve contacto con el arte. Finalmente, en el año 2012, decidí venir a Córdoba a estudiar. Actualmente estoy finalizando la Licenciatura en Escultura, además cursando el Profesorado de educación Plástica y Visual en la Facultad de Artes de la UNC. Trabajo como escultor, gestor cultural, montajista y docente. 

 

     Creo que el arte es encuentro, un estado que propone una nueva vinculación con lxs otrxs, con unx mismx, con el mundo. El encuentro, la mirada, el decir, el vínculo (interesado o  no)… posibilitan algo que, en lo cotidiano de la vida y en una sociedad cada vez más violenta e indiferente, es único. Porque el arte asume un lugar genuino, particular, casi mágico. Como si tuviera su razón de ser sólo para ser él mismo y siendo así, por sí mismo, le otorga a la acción artística un valor que podría ser disfrutado por cualquier  persona… que se anime.  

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     Me gusta pensar al arte como lo vincular, el ponerse en el lugar del otrx, de lxs otrxs. El arte para crear (transformar): tomando algo en un estado para distanciarlo de eso, apartarlo, correrlo, llevarlo de un lugar y un tiempo determinados a otros distintos. Y generar, con esa acción, una relación personal o social de compromiso, de rebelión con ese momento… pero sobre todo sabiendo que eso puede generar una transformación, un efecto social, a futuro, en el después, al tiempo, con el tiempo.
 

     Mi relación con el mundo me acerca al arte y me empuja (a gusto) a la transformación de cosas, de casos, algo, poco, de a poco, con poco o con todo, con todxs o algunxs. Ver esas transformaciones que alguien puede traer y abrir, me muestra una identidad que se construye con otras… en términos de vernos y reconocernos en el movimiento. El arte invita a la transformación y ésta es siempre, o podría ser, esencialmente liberadora.