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POEMARIO AZUL

UNA COLECCION DE POEMAS DE NUESTRA AMIGA FRESCA - AZUL PASCHETTA

Imagen de Azul - Fresca


“Melancolía feliz”

Sedienta de alcanzar ese lado salvaje,

se da cuenta que olvidó sus ideas,

insulta en su cabeza y agrega en su lista mental: “cuaderno y lapicera”.

Quiere escribir sobre el vidrio empañado, pero cuando lo toca nada se mueve.

La humedad está del otro lado, por donde trepa un bicho sin complicaciones.

Entonces camina bajo la lluvia en medias, la ropa se le llena de amores secos, los ojos de lágrimas, y el alma de melancolía feliz.

No tiene ganas de explicarlo.

Cree que todas las personas sentimos eso alguna vez.


“De vez en cuando”

Me sumerjo en una porción de mundo de la cual a veces sí, y a veces no soy parte. Solitaria me siento un árbol con interior de misterios ajenos al tiempo. Se me enredan profundas las Ideas como raíces sujetan la tierra. Las líneas de energía invisibles se me mezclan con las luces y me atraviesan la existencia. Divago en peso liviano una felicidad incierta que por las venas fluye. Y en cada latido los relatos viajan.

Cada tanto me dan ganas de probar tu alma, comer tus palabras, hacerte ruido, besar tus ojos. Un hilo alrededor mi pupila algún pasado teje. Como ramas crujen los pensamientos mientras crecen y se hacen paisaje, mientras que el universo girando, distorsiona mis metáforas. Me siento bien, así, mirando… el mar como caricias en mi superficie.

Bailo sobre el pasto descalza y llueve. Mas adentro que afuera.


“3 a.m.”

Esta madrugada de frio que perfora los huesos, desolada la calle como tus ideas vulnerables al momento. Ya ni el sueño te acompaña porque despabilada tu cabeza busca aire. Entre los pasos de dedos congelados sentís la presencia de lo extraño a tu alrededor. Se escucha un perro a lo lejos, el sonido del cierre y un viento que parece susurrar. De repente, el miedo de la soledad en lo oscuro se transforma en compañía. Ya no te das vuelta “por las dudas” porque definitivamente hay algo que te está siguiendo. Una idea te atraviesa en forma de reflexión y crees que es el momento más puro de tu día. Las estrellas desconciertan tu cabeza. No crees merecer semejante belleza que la noche te regala. A cambio, ella siente la admiración de esos ojos brillantes y ahora sí la calma de una mente desvelada de sueños inconscientes.


“Emoción desarmada”

Durante el día hubo sol y se besában apasionadamente sobre la cama. Despojo de ropa y prejuicios, una misma frecuencia, la música de fondo. La energía en el goce, húmedo. El tiempo está raro afuera, el corazón les hace cosquillas. Parecen insectos. Un eterno expandir sensorial se incorpora a la galaxia. Son parte de un desastre. Agua tormentosa. El cielo se quiebra, se mojan cada vez más. Los pájaros se alocan. Incoherencia perceptiva. Dotades de hormonas, disfrutan del placer fogoso de chuparse mutuamente mientras se estrujan los pelos. Se les mezclan las locuras en un beso crujiente con sabor a yuyos raros con azúcar. En sus lenguas viajan las palabras que en algún momento se dijeron y en la sangre esos poderes crecen cada vez más en una burbuja transportable que se rompe y se recrea constante como un río al atardecer en invierno. Buscan la calma en las pequeñas cosas de la vida. Las mentes viajan tanto que deciden dejarlas reposar sobre las ramas de un árbol, para que el viento las acaricie y esclarezcan. Y al final de día, y al amanecer del otro, siguen siendo elles mismes, con un poquito de algo nuevo incorporado a nuestras almas.


“Sola”

Rompí mi propio corazón. Que chistoso. Siempre hechandole la culpa a otra persona. Desbordada, me quedé con mis propias ganas. Acá. Este molesto nudo en la garganta. Me miré en el espejo, creí mis mentiras, desconocí lo que en algún momento consideré verdad. Destruí objetos y conceptos. La cagué. Toda loca, revuelta, cambio de color y de ideas, me veo brillante y oscura, me doy ruido, me doy paz, intriga, perfección, desastre. Tanto alboroto rompe el hilo de mi pensamiento.

Volví a mirarme así profundo y bien de cerca. Tan de cerca que el negro de las pupilas se hicieron círculos enormes. Un vacío tan saciado, que cuando volví me di cuenta de que me cuesta distinguir una mirada perdida, de una rota.


“Té de”

Te despertaste colgando de la aguja que marca los segundos en el reloj, te hiciste un té de fragmentos inconclusos con azúcar y desparramaste las piezas del rompecabezas por el living.

Poco a poco fuiste olvidando tus mejores recuerdos hasta que prácticamente dejaste de sentir. Guardaste tu alma en un frasco al vacío adentro del cajón del mueble, junto a las fotos viejas y las cajas de polvo llenas de pelotudeses.

Y ahí en soledad, a la espera de ser sorpresa para quien le interese descubrir algún misterio del pasado, te volves contradicción.


“Volviendo”

Gritas que te estás haciendo pis y que no aguantas más. Aprovechas el momento para gritar entre la gente cuánto amas a esa persona. Abrís el chocolate que fuiste a comprar y mientras disfrutas del sabor pensas porqué gastaste plata en esa mierda. Te da sed. Y bueno, te fumas un pucho porque ya fue, y medio melancólica sentada sobre la tapia esperas que se haga de día para entrar a tu casa, porque te olvidaste la llave. Despabilada te encanta ver el cielo aclararse y escuchar los sonidos del amanecer. Tu propia compañía te hace tan bien que disfrutas de ese momento hasta que el sol ya te pega en la cara, y el sueño. Y te vas a dormir porque al guardar tus manos encontras la llave en el bolsillo.

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